Parón de mi estancia en Argentina. Parón de mi ser. Con el transcurso del tiempo me doy cuenta de que la vida sigue. Las lágrimas, lamentos, pensamientos y pésames van cesando. Nada volverá a ser lo mismo. Todo es efímero. En este mundo cambiante de la noche a la mañana hay que saber adaptarse, hay que saber encontrar un hueco, hay que mirar hacia adelante sin olvidar el pasado.
Vuelvo a La Plata, vuelvo al país del dulce de leche, los asados, los alfajores, el tango y las milongas. Vuelvo, pero mi estancia será breve, un par de meses. Mi mente no sé por que derroteros deambulará. Ahora tengo nuevas obligaciones, nuevos compromisos y nuevo ritmo de vida.
En fin, seguiré escribiendo, seguiré narrando mis atolladeros mentales. Seguiré con mi terapia particular de negro sobre blanco, de incongruencias, chorradas y memeces.
Hoy sólo me queda dar las gracias por las innumerables muestras de afecto y cariño.
Infinitas gracias a todos.
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