jueves, 23 de diciembre de 2010

en crisis sobran los chiflos

Comienza el 2011 y las elecciones municipales y autonómicas se atisban en el horizonte cercano. Comienza la época de promesas, proyectos, reproches y sonrisas. Que si mítines, que si charlas, carteles, pines y estampitas. Antes de que comience el despiporre y la diarrea verborréica para engatusar a los turolenses me gustaría llamar la atención sobre una cosa.

No soy experto en marketing ni en propaganda, pero no sé hasta qué punto el llenar las calles de bigotudos, rubiteñidas o arios maquillados incide en el voto del ciudadano. Más aún en la época de las tecnologías en la que estamos inmersos. Lo digo, más que nada, por los gastos en los que incurren en la campaña electoral todos los partidos. A Teruel también ha llegado la crisis, me imagino que lo sabrán, y no veo prudente derrochar sin ton ni son. Piensen que a la ciudadanía se le convence (o defrauda) en el día a día. No somos tontos y no nos merecemos que nos quieran vender el pescado con lacito antes de las elecciones. Piensen, por favor.

martes, 30 de noviembre de 2010

la niebla pasar

Hoy ha amanecido con niebla baja, fría, esperando levantar e irse a otros rincones. Puede que estuviera aguardando a que le dieran vía libre hacia Barcelona, ciudad que seguramente se acueste a las horas que yo desayuno. Me acuerdo de Madrid, centro de todo. Y de más. Escucho una canción seleccionada a propósito.



Veo el vídeo y me pregunto cuántas rayas se habrán metido estos dos juntos. Y cuántas se ha dejado de meter Antonio. Tiempos pasados o no tanto. El futuro ya llegó hace rato. Lo recibimos rodeados de recuerdos, mirando siempre por el espejo retrovisor. Unas veces por el de los buenos recuerdos, el de cualquiera tiempo pasado fue mejor. Otras veces por el de la melancolía y el mundo monocromático, el del aferramiento al dolor, pensando que con ello nos haremos más fuertes ante nuevas adversidades. Escribo y se me enfría la leche. Miraré por la ventana, el ver la niebla pasar, la nieve llegar y a la luna madrugar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

película de cabecera

La cantidad de sentimientos y reflexiones que encierran los diálogos de esta película hacen que no me canse nunca de verla.

lunes, 8 de noviembre de 2010

bibliotecando

Mis nuevas adquisiciones de la biblioteca.


Decía un amigo mío que antes de dormir era feliz con un porrito mientras veía Trainspotting o leía La rebelión de las masas. El polvo con la novia lo aplazaba a la mañana.

jueves, 4 de noviembre de 2010

un partido alocado

El partido está en el limbo, sin rumbo fijo ni equipo conformado. Cuando ya quedaba poco para que acabase, el equipo local ha revolucionado el escenario. El público anonadado observa como lo que parecía un espectáculo bufo se convierte en kafkiano por momentos.

El colocador, que ejerce de capitán, ha decidido dejar su puesto sin que finalice el set. En lugar de abandonar el pabellón decide colocarse de suplente en el banquillo a verlas venir. Los dos centrales que le acompañaban, ante tal guirigay, deciden irse del equipo. Éstos, por el contrario, se marchan lejos dejando su puesto a nuevos jugadores. El problema aquí es saber quién lo ocupará, puesto que los centrales reserva tienen sus dudas de seguir el encuentro.

Por su parte, el resto de jugadores en pista, que tan alegremente animaron al capitán a coger las riendas del equipo, parece que están perdidos y sin apoyos para asumir tal responsabilidad. Sería poco prudente aceptar la ayuda del capitán saliente después de la que ha armado. No tienen amigos en el banquillo que suplan las bajas, pero ellos son conscientes de que aún están en el equipo titular y los puntos que han logrado (y perdido) hasta la fecha son suyos también.

En medio de todo este jaleo, la facción mayoritaria que esperaba en el banquillo, está dispuesta a coger el timón y poner a un nuevo colocador que los dirija. Sin mucho ánimo, pues el final es inminente, y si salen al encuentro y acaba mal pueden perder puntos de cara a la próxima renovación. No obstante también calculan que se valore su entrega al intentar salvar el partido.

Los dos juveniles, que andan por la esquina, son conscientes de que no van a poder salir a pista, pero tratan de animar desde la zona de calentamiento para que el equipo de Teruel logre, al menos, salir bien parado del encuentro. Ya veremos como acaba el partido.

martes, 2 de noviembre de 2010

acicalarse

Antes de la fiesta toca acicalarse. Yo, para eso, suelo ser bastante presto. No me deleito mirándome al espejo ni apurando al milímetro el afeitado -mi escasa barba no me lo permite-. Tampoco tengo el placer de sucumbir ante el relax de un baño de burbujas -desde hace ya tiempo, la longitud de mis piernas dificulta que me recueste en la bañera-. Por el contrario, suelo ir con el tiempo justo para asearme y enfundarme las primeras ropas que encuentro. La combinación de atuendos no es lo mío, junto todas mis camisetas con todos mis pantalones, tendiendo casi siempre a vestirme con lo mismo.

Sin embargo, en días especiales, esos que comienzan cuando sale la luna y terminan con un sol reluciente, intento liberar la tarde para prepararme tranquilamente. Son tarde de película, música y cerveza.

Tras una señora siesta con el largometraje de fondo, intento recuperar la compostura para rendir por la noche. Dedico un tiempo prudencial a seleccionar las canciones que el día me sugiere. Le doy al play y empiezo a cantármelas yo solito. Me lo gozo. Cuando tengo el cuerpo animado me abro una cervecica, le doy un sorbo y a la ducha. Agua caliente y a seguir cantando. Ni que decir tiene que mi voz nada tiene que envidiar a la de Bunbury o Sabina. Salgo de la ducha y con la toalla en la cintura, retomo la cerveza para pasar al espejo. Imagen Macaulay Culkin total.



Sin el grito, eso sí. Como canción de fondo algo más tradicional. No sé, algo como esto.



A ponerme la ropa, terminar la cerveza y, una vez listo y preparado, a la calle de joda.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

antes de que acabe la semana...

...actualizaré el blog (y me emborracharé). O no.

miércoles, 4 de agosto de 2010

letras amargas

Tras un largo silencio de las teclas del ordenador ya me había hecho a la idea de que esto de escribir era para tiempos pasados, momentos en la lejanía donde cada día era una aventura y cada amanecer un nuevo motivo para salir al mundo a descubrir lo bueno que nos rodea. De un tiempo a esta parte sigo con mi vida monocromática, que no es que esté mal, ojo, pero digamos que no me da mucho pie para escribir.

Hoy, sin embargo, me he llevado una grata sorpresa al vagabundear por internet. Ayer, tras cuatro meses de letargo, volvía a escribir PEM en su cajón de sastre. Paula escribe un blog desde hace ya tiempo. No sé exactamente como llegué a él, creo que a través de amigos comunes por medio de algún comentario en las redes sociales. Yo no la he visto en persona nunca. Ella ignora de mi existencia en este mundo. Pero yo la leo, la sigo y hasta he llegado a conocerla a través de sus letras que brotan de sentimientos atolondrados. No sé si en realidad ella será como me la imagino: una niña dicharachera y habladora, posesa por los zapatos, pijilla y coqueta a la vez que despreocupada y olvidadiza; una chica que se adentra en las canciones de amor hasta hacerlas suyas y que tiene la lágrima fácil con las películas; alguien que se enamora sin ton ni son por pecar de exceso de confianza. Puede que ella no sea así, que sólo sea ésta una imagen que me he creado porque me gustan esas características embutidas en el cuerpo flacucho de una escritora rubia. Pero sea como sea ella, me alegra que vuelva a escribir, aunque sea con lágrimas en los ojos y sin nadie a su alrededor -o eso dice ella-. Desde aquí le deseo -ya con retraso- muchas felicidades y espero que vuelva a brillar el sol muy pronto en su mundo de colores.

Hoy tampoco podía dejar de comentar un caminar duro y amargo que me ha sobrecogido. Es sorprendente como unas pocas líneas pueden plasmar tan vivamente un sentimiento, más aún si antes lo hemos experimentado en nuestra propia carne. Me temo que no hay patera ni galera capaz de atravesar mares de dudas, más que segundos por delante que disipen la niebla y abran el camino. A ti también te deseo que que llegue pronto el día en el que Alicia vuelva a divisar a su conejo.

Y como hoy no me salen canciones para levantar el ánimo, será porque llevo ya unos días afligido conmigo mismo e intentando buscar un lago de vino en el que introducirme, voy a dedicaros una canción con la que me fustigaba sin piedad en momentos difíciles.

Un beso.

lunes, 7 de junio de 2010

amárrate las alforjas

A ver que me aclare. Los precios de los inmuebles aumentan a un ritmo desmesurado. Todo el mundo dice que eso tendrá que estallar en algún momento. Los precios de la vivienda siguen aumentando y no pasa nada. La gente empieza a especular con ello -a comprar un peazo de tierra aunque no tengan dinero, que eso valdrá mucho pasado mañana-. Los bancos no se quedan atrás. Éstos conceden créditos aunque el que se los pida no tenga dinero. Si luego no paga se quedan con la casa y se habrá ganado más.

Todo va de maravilla: los bancos hacen su agosto, la gente se hipoteca de por vida por unos metros, los gobiernos lo ven pasar aplaudiendo con las orejas, se construye más y más, se crean cientos de puestos de trabajo en base a lo mismo, etc El título de la célebre novela de Aldous Huxley se hacía realidad.

De repente booom. Algo pasa. Se empieza a vender menos -el personal ya está hiperhipotecado y pasan de meterse en otra vivienda-. Surgen impagos de los créditos concedidos. No les pagan a los bancos. Se enteran los otros bancos de que hay varias entidades financieras que han concedido créditos que no se los van a devolver. Surge el pánico. No se prestan entre unos bancos a otros. No se conceden créditos a las personas. Al no tener créditos no compran más viviendas ni abren nuevos negocios. Falta de liquidez en el mercado. A construir menos. A despedir a gente. Pánico. CRISIS.

Los gobiernos -ese Ente abstracto que hay en cada nación y al que vosotros votáis- deciden hacer algo. Solución: ayudar a los bancos. Pobrecitos, éstos que concedían créditos sin ton ni son, éstos que sólo miraban sus beneficios sin preocuparse de la liquidez de sus deudores, éstos que difuminaban sus productos basura por este planeta, éstos que siempre estaban bien servidos, éstos tienen problemas. A darles dinero. ¿Quién les da dinero? Pues nosotros. TODOS NOSOTROS.

Ale, ya están salvados. ¿Y ahora qué? Pues las entidades financieras estarán sanas y salvas, pero el resto de vecinos siguen igual. Paro, poco dinero, pocas ganas de comprar y desconcierto. Toca apretarse el cinturón. Los bancos siguen sin prestar.

Hagamos cuentas, dicen los estados. ¡Coño, pero si estoy en quiebra! ¿Cómo? No jodas, Grecia, pero si tus cuentas estaban de putísima madre. Ya, bueno, es que tal vez las maquillé un poco. Joder, menudo déficit. Mira y éste otro país lo mismo. Y ese. E Irlanda. Y Portugal. Rediós con Hungría. Y hasta España tiene mucho déficit.

Vuelven a discurrir las cabezas pensantes del gobierno. Oye, si gastamos más que ingresamos, hagamos una cosa: recaudemos más dinero. Tío, que bueno, me encanta la solución. Y cómo lo hacemos. Ah, pues no sé. Joder. Ya, se me ha ocurrido algo: aumentemos los impuestos. Aplauso al lúcido de turno entre sus camaradas. Subamos el IVA. ¿Eso a quien afecta? A todos. Pues estupendo.

Que no es suficiente. Que hay que tomar más medidas. Cagüenla, y ahora qué. Pues bajaremos los salarios. ¿A los ricos? No hombre, no, si esos no trabajan, cómo vas a bajarles el sueldo. Es verdad, jeje, qué tonto. A los funcionarios, que esos son unos vagos que no hacen nada. Y, de paso, se quitan las ayudas que un par de años antes se daban. Y los pensionistas que se olviden de aumentos de las pensiones.

Así que para paliar la deuda se ha cortado por lo sano. Por lo sano y lo social. Pero, qué pasa ahora. NO ES SUFICIENTE...

... amárrense las alforjas que las curvas no acaban.
Desde Europa piden a España más ajustes para el año que viene. Como dice un amigo mío: no quiero ser pesimista, sólo diré que ¡vamos a morir, coma, vamos a morir!

lunes, 24 de mayo de 2010

¿Qué voy a hacer ahora?

Artículo de Arturo Pérez Reverte del 23 de mayo de 2010. (Sí, lo admito, estoy enganchado a los artículos de este tipo).

El segundo gintonic, Pencho se vuelve hacia mí. Hace quince minutos que aguardo, paciente, esperando que se decida a contármelo. Por fin hace sonar el hielo en el vaso, me mira un instante a los ojos y aparta la mirada, avergonzado. «Hoy he cerrado la empresa», dice al fin. Después se calla un instante, bebe un trago largo y sonríe a medias con una amargura que no le había visto nunca. «Acabo de echar a la calle a cinco personas.»

Puede ahorrarme los antecedentes. Nos conocemos hace mucho tiempo y estoy al corriente de su historia, parecida a tantas: empresa activa y rentable, asfixiada en los últimos años por la crisis internacional, el desconcierto económico español, el cinismo y la incompetencia de un Gobierno sin rumbo ni pudor, el pesebrismo de unos sindicatos sobornados, la parálisis intelectual de una oposición corrupta y torpe, la desvergüenza de una clase política insolidaria e insaciable. Pencho ha estado peleando hasta el final, pero está solo. Por todas partes le deben dinero. Dicen: «No te voy a pagar, no puedo, lo siento», y punto. Nada que hacer. Los bancos no sueltan ni un euro más. Las deudas se lo comen vivo; y él también, como consecuencia, debe a todo el mundo. «Debo hasta callarme», ironiza. Todo al carajo. Lleva un año pagando a los empleados con sus ahorros personales. No puede más.

Cinco tragos después, con el tercer gintonic en las manos, Pencho reúne arrestos para referirme la escena. «Fueron entrando uno por uno –cuenta–. La secretaria, el contable y los otros. Y yo allí, sentado detrás de la mesa, y mi abogado en el sofá, echando una mano cuando era necesario… Se me pegaba la camisa a la espalda contra el asiento, oye. Del sudor. De la vergüenza… Lo siento mucho, les iba diciendo, pero ya conoce usted la situación. Hasta aquí hemos llegado, y la empresa cierra.»

Lo peor, añade mi amigo, no fueron las lágrimas de la secretaria, ni el desconcierto del contable. Lo peor fue cuando llegó el turno de Pablo, encargado del almacén. Pablo –yo mismo lo conozco bien– es un gigantón de manos grandes y rostro honrado, que durante veintisiete años trabajó en la empresa de mi amigo con una dedicación y una constancia ejemplares. Pablo era el clásico hombre capaz y diligente que lo mismo cargaba cajas que hacía de chófer, se ocupaba de cambiar una bombilla fundida, atender el correo y el teléfono o ayudar a los compañeros. «Buena persona y leal como un doberman –confirma Pencho–. Y con esa misma lealtad me miraba a los ojos esta mañana, mientras yo le explicaba cómo están las cosas. Escuchó sin despegar los labios, asintiendo de vez en cuando. Como dándome la razón en todo. Sabiendo, como sabe, que se va al paro con cincuenta y siete años, y que a esa edad es muy probable que ya no vuelva a encontrar jamás un trabajo en esta mierda de país en el que vivimos… ¿Y sabes qué me dijo cuando acabé de leerle la sentencia? ¿Sabes su único comentario, mientras me miraba con esos ojos leales suyos?» Respondo que no. Que no lo sé, y que malditas las ganas que tengo de saberlo. Pero Pencho, al que de nuevo le tintinea el hielo del gintonic en los dientes, me agarra por la manga de la chaqueta, como si pretendiera evitar que me largue antes de haberlo escuchado todo. Así que lo miro a la cara, esperando. Resignado. Entonces mi amigo cierra un momento los ojos, como si de ese modo pudiera ver mejor el rostro de su empleado. Aunque, pienso luego, quizá lo que ocurre es que intenta borrar la imagen del rostro que tiene impresa en ellos. Cualquiera sabe.

«¿Y qué voy a hacer ahora, don Fulgencio?... Eso es exactamente lo que me dijo. Sin indignación, ni énfasis, ni reproche, ni nada. Me miró a los ojos con su cara de tipo honrado y me preguntó eso. Qué iba a hacer ahora. Como si lo meditara en voz alta, con buena voluntad. Como si de pronto se encontrara en un lugar extraño, que lo dejaba desvalido. Algo que nunca previó. Una situación para la que no estaba preparado, en la que durante estos veintisiete años no pensó nunca.»

«¿Y qué le respondiste?», pregunto. Pencho deja el vaso vacío sobre la mesa y se lo queda mirando, cabizbajo. «Me eché a llorar como un idiota –responde–. Por él, por mí, por esta trampa en la que nos ha metido esa estúpida pandilla de incompetentes y embusteros, con sus brotes verdes y sus recuperaciones inminentes que siempre están a punto de ocurrir y que nunca ocurren. ¿Y sabes lo peor?... Que el pobre tipo estaba allí, delante de mí, y aún decía: No se lo tome así, don Fulgencio, ya me las arreglaré. Y me consolaba.»

miércoles, 19 de mayo de 2010

calor calor

Vamos a animar el día.

calor, calor


qué bonito es el amor


los niños de la Renfe

martes, 18 de mayo de 2010

domingo de infarto

El próximo domingo me dará algo. Pase lo que pase, terminaré atacaó perdido. Y no es para menos. En el mismo día el CD Teruel se juega el ascenso a Segunda B, el Lobo decidirá si se mantiene en la máxima categoría argentina y acaba, si es que ésto es posible, Lost. Que si soy un exagerado con la dichosa serie, un forofo de tres al cuarto por acordarme del fútbol sólo en momentos puntuales o un trasnochado agilipollado con la Argentina. Lo que queráis, me va bien todo.

Yo sólo sé que a las dieciocho horas al fútbol. A las veinte horas a celebrar el ascenso. Luego cena ligera y, si hay suerte y lo retransmiten por internete, a ver a Gimnasia con el Bosque aullando sin parar. Tras ello, y a esto de las seis y media de la mañana, la locura de Lost dará el toque final a esa isla que no atiende a razones.

¡Vamos Teruel!
¡Dale Lobo!
¡Que Lost no acabe conmigo!

miércoles, 5 de mayo de 2010

el capitalismo, un modelo cultural

De vez en cuando se encuentran comentarios como el que reproduzco...

La cuestión es que el capitalismo no es ya sólo un modelo económico, sino un modelo “cultural”, profundamente implantado en nuestra sociedad. El trabajador medio tiene como aspiraciones el coche, la hipoteca, la tele y la semana en la playa. Su concepto de triunfar en la vida es tener un coche más potente, una hipoteca más grande, una tele de más pulgadas, y poder irse una semana más a la playa (o bien poderse gastar algo más en la de siempre). Resulta que el empresario tiene estas mismas aspiraciones, aunque algo más abultadas; la diferencia es cuantitativa, no cualitativa. Si sacas al empleado de su papel como trabajador y lo colocas en el de empresario, reproducirá a la perfección el rol que se le presupone a éste.

Lo que quiero decir es que, básicamente, no (sólo) estamos ante un problema de clases (nosotros, los explotados, los buenos, contra ellos, los explotadores, los malos). Es un problema más profundo, a nivel cultural. Todos estamos metidos en la misma dinámica (la aceptamos pacíficamente, sin resistencia), con la salvedad de que algunos pocos consiguen estar más arriba y la mayoría se queda en los niveles de abajo (aunque siempre con esperanzas de ascender). Es todo relativo, una cuestión de donde te sitúes en la escala. Conozco a más de un sufrido trabajador explotado que cuando ejerce de explotador (por ejemplo, sobre la inmigrante que le limpia la casa) lo hace que da gusto. ¿Acaso no somos también explotadores los de la “working class” cuando compramos cada día productos baratos producidos en régimen de explotación en países subdesarrollados? Nos da igual…

¿Este modelo económico-cultural nos ha sido implantado a la fuerza, como sostienen algunos? ¿O bien ha triunfado porque responde a las aspiraciones esenciales de la gran mayoría de la gente, como dicen otros? Vaya usted a saber. La cuestión es que, sea por lo que sea, de momento no se ha alcanzado la masa crítica necesaria para cambiarlo… Ni siquiera con una crisis global.

lunes, 26 de abril de 2010

¿iremos al trullo?

artículo 458 Código Penal
1. El testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial, será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses.

artículo 461 Código Penal
1. El que presentare a sabiendas testigos falsos o peritos o intérpretes mendaces, será castigado con las mismas penas que para ellos se establecen en los artículos anteriores.

miércoles, 21 de abril de 2010

con sombrero mariachi en clase

Publico una pregunta que aparece en una página digital y algunas respuestas que los lectores aportan.

¿Alguien sabe explicarme por qué en un colegio público una alumna no puede llevar velo pero una profesora puede ser monja (y vestir hábito)?

1. El velo no sólo es símbolo religioso (su uso podría ser remotamente defendible constitución en mano) sino también de propiedad y sometimiento de quien lo lleva ante el cabeza de familia. No quiero defender con esto la presencia del clero en escuelas públicas pero hay grados…

2. Aquí estoy en desacuerdo con Nacho, y además estoy viendo que la gente está mezclando cubrir la cabeza con cubrir el rostro. Soy profesor en un centro público: parte sustancial de mi trabajo consiste en un proceso de comunicación con el alumnado, así como el de facilitar la comunicación del alumnado entre sí. Es una tarea que se dificulta considerablemente si alguien decide cubrirse el rostro. La cosa se agrava en el caso de colegas que han sido objeto de amenazas, sean de tipo ideológico o de alumnos descontentos. No ayuda para nada saber que trabajas en un entorno donde hay gente a la que se permite ir cubierta.

Si deciden que tienen que ir así en público, apoyo de todo corazón la creación de escuelas islámicas (privadas, claro), pero el rostro cubierto en un espacio público compartido por gente diversa no es aceptable si no hay justificación médica.

Y vice versa: si yo acudo a un servicio público tengo derecho a identificar a la persona que me atiende a no ser que existan razones justificadas de seguridad.

3. En un colegio público no pueden existir simbólos religiosos (imágenes o simbólos, sean el culto que sean) pero debe prevalecer siempre la libertad de culto del individuo. Lleve éste un crucifijo, un velo o una estampita de Maradona.

4. El hiyab ni impide la identificación de la mujer que lo lleva ni es comparable a las capuchas o gorras que el centro quiso evitar con un reglamento promulgado para atajar la proliferación de peligrosas bandas juveniles, es decir, para mantener la disciplina. Así que el caso de Najwa, de la que tampoco consta más rebeldía que la de reivindicar sus creencias, sólo puede verse como un intento de discriminación religiosa que la Comunidad de Madrid está aprovechando para alimentar un conflicto con la comunidad musulmana.

5. Por el mismo motivo que no se puede estar en clase con una gorra de béisbol, un sombrero mariachi o un tricornio de la Guardia Civil. En clase hay que estar con la cabeza despejada. Y punto.

martes, 20 de abril de 2010

los niños del mañana

Hoy toca pensamiento en el aire. La argumentación para otro día.

Tendrán más o menos conciencia, serán más o menos cabrones, cometerán más o menos salvajadas, pero la solución no es endurecer las penas a los menores que cometan delitos.



Los niños en manada,
¡vaya hijos de puta!,
los niños en manada.

Los hombres del mañana,
¡vaya hijos de puta!,
los hombres del mañana.

Los que me sobrevivan,
¡vaya hijos de puta!,
los que me sobrevivan,
¡vaya hijos de ...

miércoles, 14 de abril de 2010

slums

¡Quiero ir a Oliva! A comer paella. En su defecto, una escapada por Valencia no estaría nada mal. Espero invitación por escrito. Si es necesario disfraz o atuendo de gala id avisando.

Tras el llamamiento a la joda, paso a culturizar a los zangolotinos que quieran seguir leyendo.

Slum: is a run-down area of a city characterized by substandard housing and squalor and lacking in tenure security. Slums are usually characterized by urban decay, high rates of poverty, and unemployment. They are commonly seen as "breeding grounds" for social problems such as crime, drug addiction, alcoholism, high rates of mental illness, and suicide. In many poor countries they exhibit high rates of disease due to unsanitary conditions, malnutrition, and lack of basic health care.


¡Entre en la red social perfecta!


Puede parecer un miserable barrio de chabolas, pero es un referente para la arquitectura urbana y un ejemplo de convivencia. No es broma. Se trata, sin duda, de chabolas miserables. Sin embargo, el slum de Dharavi (en la foto), en Bombay, ha impresionado a la ONU, al antropólogo Franco La Cecla y hasta al príncipe Carlos por su efectiva urbanización espontánea. La Cecla lo detalla en su libro Contra la arquitectura y también el informe de Naciones Unidas El desafío de los slums. Ninguno trata de enmascarar la pobreza, sino de destacar que, incluso en esa situación, hay cosas positivas. «Su multifuncionalidad y que la base sea la colaboración, sin descartar la competencia –dice La Cecla–, convierten estos barrios en una red social similar a Internet. La fuerte identidad social es el secreto de su éxito.»

martes, 13 de abril de 2010

Argentina, desbocada

Reproduzco íntegro el artículo de Carlos Carnicero del pasado 6 de abril.

Los precios son imposibles de seguir. Mientras el gobierno de Cristina Fernández niega la inflación, los cálculos más prudentes apuntan a un treinta por ciento anual. Y es fácil de deducir ese estado de evolución de los precios porque las subidas nunca son menores de un veinte por ciento, sea para los taxis o para las tarifas de los psicoanalistas. La cesta de la compra se intenta detener con presión directa sobre los comerciantes. Argentina bate el récord de la cosecha de soja, mientras se calcula que la carne, que es la esencia de la alimentación y del culto de los argentinos, ha subido un cuarenta por ciento en los últimos meses. Los ingresos de las exportaciones permitirán sostener las subvenciones en año electoral. Ernesto Kirchner prepara su turno en la carrera de relevos patrimonial y matrimonial en la presidencia de la república. La pobreza y la marginalidad siguen anidando en las villas miseria mientras la parte de la sociedad argentina que sueña con ser europea consume, viaja y se divierte.

Los precios terminarán por promover otra crisis y el campo argentino, como explicó el domingo Soledad Gallego Díaz, siembra hasta las macetas de soja para la gran fiesta de la exportación que termina con pueblos y con formas de vida. Este país es tan grande, tan rico y con gente tan especial que resiste cualquier tropelía que le hagan sus gobernantes.

sábado, 10 de abril de 2010

pedagogía de la pelota

Un país fanático por el fútbol. Un Mundial de fútbol. Partidos de la selección de dicho país en horario escolar. Chicos que no van a clase. Perspectivas de ausencia masiva durante los encuentros de la selección. Solución: poner televisores en las aulas para ver los partidos. Discutible. ¿Qué opina el ministro de educación? "El Mundial de fútbol es un hecho cultural muy importante y con un gran efecto pedagógico". Dicho queda.

jueves, 8 de abril de 2010

será la primavera

Al llegar la primavera mi estado de ánimo suele variar sin parámetro fijo y sin rumbo definido. Este año lo estoy notando más que otros. Creo que se debe a que el año pasado no pasé por este "trance", ya que no tuve primavera. Puede que se deba a que hacía muchísimo tiempo que no la pasaba en Teruel. Por lo que fuere, da igual, la cosa es que mi cabeza lleva derroteros que mi cuerpo no puede seguir.

Tal vez mi sitio no esté aquí y debería hacerme hueco en la Villa y Corte. Maleta al hombro y a buscar curro por allá. No es idea descabellada, aunque sí algo temeraria, sobre todo después de automentalizarme de que en Teruel se encuentra mi futuro.

También se me ha pasado por la cabeza realizar una buena escapada, algo que sirva para saciar mis ansias de aventura. Malasia, Indonesia o Camboya. Pillar un vuelo, dos ropas en el macuto y a deambular por aquellos parajes. A saber lo que me puedo encontrar por Phnom Penh, Yakarta o Kuala Lumpur. Sueños caros.

Lo más fácilmente realizable es que desaparezca veinte días de este país. Una furgonetilla, un par de compañeros con poco que hacer y mucho que disfrutar, dinero para gasofa, bolas de malavares, bota de vino, trozo de tocino aviaó y ganas de perderme por Europa. A formar mi propio camino de baldosas amarillas. Todo se verá.

miércoles, 7 de abril de 2010

abrileando

El Barcelona volvió a ganar. Nada nuevo. Ahora bien, váyase pensando en encerrar a Messi algún que otro mes. Lo digo por el mundial y por no humillar más al resto de jugadores.

El paro volvió a subir. Dejémoslo aquí.

Ryanair aumenta la tasa por maleta facturada. Se va esfumando poco a poco el espejismo de los vuelos baratos. Me trago a cuentagotas mis elogios a estas compañías. Lo próximo será pagar por ir a mear. Tiempo al tiempo.

Brotan nuevos pruebas de corrupción en la trama Gurtel. Aviso a navegantes: al partido popular le quedan dos telediarios. Dos.

Laura, el vino de nueces de tu padre está cojonudo. Como cojonudo el grupo 15 a medias, que nos hicieron pasar una noche espectacular. Y espectacular salió la paella el sábado pasado. La próxima la fiesta en Linares con Rebeca de artista estrella.

martes, 6 de abril de 2010

Las Vegas, los Monegros

Zangolotinos, aquí os dejo el enlace hacia el documental de Gran Scala del que os hablé el otro día entre vinos y cervezas. Es de hace dos años, por lo que alguna cosa puede haber cambiado.

jueves, 1 de abril de 2010

Historias de la SGAE

El video aparece en esta pantalla cortado. Si le dais abajo de la imagen, donde pone +i, os reconducirá a una página para verlo bien.

jueves, 25 de marzo de 2010

escobilla Lulú


Oh la la. Impactado me encuentro. Qué maravilla, qué acabados, qué materiales. Lo mejorcito para limpiar la mierda. Si es que este Jaume Matas es de lo que no hay. Aquí os muestro su escobillero del retrete. Trescientos diecinueve eurapios más iva. Marca Lulú. Y los hay de la misma línea mucho más caros, que tampoco hay que tirar la casa por la ventana.

miércoles, 24 de marzo de 2010

genuflexión a la carta

Hace un año, tal día como hoy, estaba en la Plaza da Mayo de Buenos Aires de manifestación. Desde el otro lado del charco quiero mandar mi apoyo a todas las Madres y Abuelas, para que se haga justicia de una vez por todas y puedan ser ajusticiados todos los responsables de las atrocidades de la dictadura.

Tras esta breve introducción en recuerdo de mi Argentina querida, paso a España, vieja y maltrecha nación. Cuando uno observa las cifras del paro se queda, cuanto menos, perplejo y asombrado de su imparable evolución. Pero lo que me deja más perplejo aún no es el número de personas que están sin empleo, sino el amodorramiento instaurado en ésta, nuestra sociedad. Joder, que en otros tiempos, con un veinte por ciento de desempleo, se preparaba la de Dios es Cristo. In illo tempore había sindicatos, sí, sí, digo bien, sindicatos, que se preocupaban por el bienestar de los trabajadores y, de vez en cuando, te montaban una huelga general que se cagaba la perra. Que luego los gobiernos de turno hicieran el caso que hicieran, allá ellos, pero por lo menos existía una cierta movilización donde se mostraba el descontento de buena parte de los ciudadanos. Hoy na de na. Subsidios, caramelitos, buenas palabras,... y te dan por el culo. Y lo peor es que te van avisando de que te la van a meter bien metida.

Señor Rodríguez Zapatero, señores gerifaltes de los sindicatos, patronos con megabeneficios, políticos a sueldo de la Unión Europea -¡valiente unión!-: que les den por el ojete.

miércoles, 17 de marzo de 2010

inmigrantes en el tiempo

Cambio de papeles

Me imagino el futuro: La sequía se acentúa, aparece una dictadura en España, las autonomías guerrean por el agua, los poderosos se quedan de lo poco que llega para ellos y sus favoritos, los ricos la compran en el mercado negro, los pobres mueren de sed y hambre. Y muchos tratan de huir por la frontera hacia la Europa húmeda; pero Francia instala verjas con cuchillas, pone a sus gendarmes y a sus militares en los Pirineos, y hay que jugarse la vida y la devolución a la sequía y el encierro. No hace falta mucha imaginación: es lo que está pasando un poco más al sur, y nosotros somos el país de las cuchillas y militarizamos el mar donde se ahogan. Quizá baste solo con recordar: el alud de refugiados en Francia que huían de Franco fueron a espantosos campos de concentración guardados por soldados senegaleses, que podrían ser los abuelos o bisabuelos de los que ahora tratan de llegar a España. Ahora se hacen homenajes al presidente mejicano, Cárdenas, que les ayudó y les salvó: pero el recuerdo es porque fue excepcional. La historia se repite, pero no enseña: no crea conciencia.

Escrito por Eduardo Haro Tecglen el 5 de octubre de 2005

martes, 16 de marzo de 2010

jugando a hacer cuentos

Voy a empezar a escribir un cuento, o relato, o por lo menos algo que tenga principio y final. No sé lo que saldrá. Y para hacerlo más ameno propongo un juego: las palabras que me vayáis diciendo tendrán que aparecer en la historia. Pueden ser nombres comunes o propios. Fácil y divertido. Cuando acabe -espero que antes de fin de lustro- leeréis el estropicio.

Empieza el juego. Yo me autoimpongo insertar: The Who.

A ver que más.

sábado, 13 de marzo de 2010

Delibes en la maleta

Me ha dado siempre muchísima pereza el leer. Ya tenía suficiente con los tostones de la escuela y posteriormente de la universidad. O eso pensaba yo. La cosa es que veía novelas y libros, me encaprichaba en comprármelos, y tras la tercera hoja los dejaba abandonados en cualquier estantería o caja. Aún recuerdo la Divina Comedia de Dante decorando la mesita de mi habitación, dándole un aire de intelectualidad al ambiente y acrecentando la vena literaria de todos aquellos que lo veían y me solicitaban que se lo pasara después. Evidentemente ni me lo leí, ni se lo pasé a nadie.

Pese a no leer más allá de lo meramente obligatorio y de los oportunos diarios -eso sí, los periódicos los he llevado siempre al dedillo- procuraba no tener muy lejos alguna novela con la que engancharme. De esta forma, cuando me fui a mi Argentina querida, a parte de la escasa ropa que me llevé, acarreaba conmigo un libro de Miguel Delibes que había comprado pocos días antes. Me hice con él únicamente porque me gustó el título, Las ratas. No sé si es por los aires sudamericanos, por las innumerables horas en los aeropuertos y colectivos, o por la propia necesidad lectora que llevaba dentro, pero la cosa es que empecé con Las ratas y no he parado. Termino una novela y tengo otra esperándome. Y me gusta. No me canso. Quién me lo iba a decir a mí hace poco más de un año.

Ahora se ha muerto Delibes. Para mí es el autor que me introdujo en este maravilloso mundo de las letras. Siempre recordaré que con una novela suya me hice adicto a la lectura. A parte de Las ratas, leí posteriormente Los santos inocentes. Ambas geniales e indescriptibles. La forma de mostrar a la España rural del siglo pasado es insuperable. Sólo os recomiendo que si alguna vez pasa por vuestras manos algún libro suyo, no lo dejéis en la mesita como solía hacer yo, y le dediquéis algunos minutos. Merece la pena.

lunes, 8 de marzo de 2010

Mench in Chile 3: vuelta a la relativa calma

...y hasta aquí puedo contar. Los que deseen saber más sobre las peripecias del riojano, que le llamen por teléfono, le escriban emails o esperen su regreso.Y no os preocupéis, el amigo está bien. Palabrita.

martes, 2 de marzo de 2010

Mench in Chile 2: las réplicas no cesan

Las horas pasan dejando atrás imágenes grabadas para siembre en la mente de este alberitense trotamundos. Pese a vivir en un barrio acomodado de la capital Chilena, los estragos de tamaño temblor se notan allá donde mire. En su edificio, de quince plantas, se puede observar como del noveno al decimoquinto piso una grieta deja huella del paso del terremoto. Los ascensores no funcionan, la luz se retoma al cabo de las horas y el agua vuelve a llegar con cuenta gotas tras largo tiempo. Las puertas de varios apartamentos han tenido que ser derribadas a patadas. Ni Menchaca ni sus amigos del edificio saben si aquello aguantará. No hay peritos ni expertos que hayan ido a revisar el edificio. Pese a ello siguen a raja tabla las indicaciones que a través de los medios de comunicación les facilitan: "que todo el mundo permanezca en sus hogares". No es fácil seguir tan escuetas órdenes cuando el hambre y la sed apremian y la nevera está desprovista de alimentos.

En grupo deciden ir en busca de algún supermercado cercano para aprovisionarse de víveres. Por las calles sólo pueden ser testigos de las marcas desoladoras que un ocho con ocho ha sido capaz de originar. Destrozos en casas, autos y mobiliario urbano forman el telón de una obra donde los comercios vacíos y las caras de incredulidad aterradora llenan los actos de la función. Consiguen comprar lo suficiente para unos días tras un rato de búsqueda, y deciden volver a sus viviendas.

Toca esperar, no queda otra. "Esto ha sido una pasada, qué miedo he pasado" me dice con voz seca y templada, como si la sobriedad de sus palabras intentase transmitir unas sensaciones que de antemano sabe que no se pueden explicar. El silencio mezclado con las charlas entre amigos rememorando uno de los momentos más aciagos de sus vidas serán la tónica dominante de las próximas horas, sólo rotos por el miedo que las réplicas del temblor les influyen cada poco.

lunes, 1 de marzo de 2010

Mench in Chile 1: se acabó la fiesta

Poco más de una semana llevaba en la capital de Chile. La bola de un jugador que siempre apuesta al extranjero había caído en esta ocasión en la parte occidental del Cono Sur. Menchaca, en su condición de becario riojano, estaba todavía haciéndose hueco en Santiago, ciudad que le va a acoger durante todo un año. Las aventuras -porque todo lo que sea despegar el culo de la ciudad donde se pace es una aventura- suelen tener para este Alberitense un comienzo similar: una casa in extremis, sin muebles, pero con gente con la que pasar las veladas. Un Menchaca sin gente no es Menchaca, doy fe.

Tenía prevista una escapada a Concepción, pero la falta de dinero le hizo quedarse en Santiago en el último momento. Así que a deambular por la urbe. Y como lo mejor para hacerse a un sitio es conocerlo a la luz del sol y de la luna, la pasada noche del viernes al sábado, el riojano, acompañado de sus nuevos camaradas, se encontraba explorando los antros discoteriles de Chile. El gin-lemon lo había cambiado por pisco-sour, y la oscuridad de la noche comenzaba a mezclarse con las luces del garito cuando la escena cambió de festiva a dantesca en poco más de un minuto. Las paredes de la discoteca comenzaron a moverse de un lado a otro, las luces parpadeaban al compás de las oscilaciones del edificio y el pánico comenzó a correr en el personal -cuenta Menchaca.

Desconcierto inicial al no saber qué cojones era aquello, pero las caras de pánico de las camareras fue el punto culminante que desató la avalancha. Todo el mundo corriendo hacia la calle, buscando el alivio del exterior a través de una puerta que a duras penas permitía salir a todas las personas que se hallaban dentro. Golpes, empujones y gritos hasta respirar el aire de la calle. Lástima que la pesadilla no terminase ahí. Me cuenta cómo el asfalto de la carretera temblaba sin parar y cómo los coches se movían como si fueran juguetes. "Impresionante primo, todo se movía que flipas" son sus palabras más repetidas. La gente lloraba y él perplejo. Todavía está asombrado de cómo se pueden tener en pie los edificios que le rodean. Pasan los minutos y se reagrupan el grupo de españoles que pernoctaban juntos. Los chilenos que estaban allá vuelven corriendo a sus casas en busca del aliento de sus familias. Mench, rodeado del resto de inmigrantes, y huérfanos todos ellos de familia cerca, deciden tomarse la última copa mientras asimilan lo sucedido para, seguidamente, poner rumbo a sus hogares.

Coches volcados, desconcierto y réplicas, muchas réplicas que avivan aún más, si cabe, el temor que recorre sus cuerpos. Toca avisar a la familia antes de que se preocupen. Después, a intentar dormir o, por lo menos, descansar, en una ciudad sin luz, agua y con mucho miedo. Sin duda, como bien me dice mi compadre desde Santiago, "muy desagradable".

sábado, 27 de febrero de 2010

pause and play

Últimamente no escribo porque no tengo ganas. Estoy en época de lectura, películas y deporte. Mi tiempo de esparcimiento las últimas semanas, que por suerte ha sido abundante, lo he pasado entre el gimnasio -créanselo ustedes que es verdad de la güena-, leyendo a Pérez Reverte y a García Márquez, así como ciertos ensayos sociales, y viendo películas españolas. ¡Menuda sesión de españoladas llevo, y me encanta! Para rematar la faena, el viernes me dio la venada al despertarme y, sin mucha meditación, cogí el coche y me planté en Javalambre a esquiar. Hacía diez años que no pisaba yo unas pistas de esquí. ¡Diez! En estos últimos años lo más cerca que estuve de esquiar fue en una escapada a Formigal con cuatro amigos, donde los güisquis de la noche anterior, debidamente acompañados de la tía maría, nos impidieron a la mañana siguiente montarnos en los esquís. Ni siquiera pudimos levantarnos de la cama para mirar por la ventana si las pistas estaban abiertas. Qué güevones fuimos, rediós, que por no salir de debajo de las sábanas llamamos al once-ocho-ochenta y ocho a pedir información de las pistas. En fin... pa qué.

A ver si evoluciono de estado y sigo narrando sueños.

PD: me cago pa los de goear que han puesto anuncios en las canciones. Que aprendan de televisión española copón.

viernes, 19 de febrero de 2010

lunes, 1 de febrero de 2010

bromas las justas...

Un vídeo que hace tiempo que quería colgar y que cada vez que lo veo me troncho...

martes, 19 de enero de 2010

¡Ay - ti!

Aquí tenéis el enlace del blog de Andrés, un chico que sin más compañía que su cámara de fotos se enrola allá donde esté la noticia.

martes, 5 de enero de 2010

take a break from all your worries

Por si Sus Majestades no os traen lo esperado o por si no se cumplen vuestros propósitos este año, aquí os dejo la mítica canción de la serie Cheers, para que leáis la letra y os animéis un poco. Pasadlo muy bien esta noche.



Making your way in the world today
Takes everything you've got;

Taking a break from all your worries
Sure would help a lot
Wouldn't you like to get away?

All those night when you've got no lights,
The check is in the mail;
And your little angel
Hung the cat up by it's tail;
And your third fiance didn't show;

Sometimes you want to go
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
You wanna be where you can see,
Our troubles are all the same;
You wanna be where everybody knows your name.

Roll out of bed, Mr. Coffee's dead;
The morning's looking bright;
And your shrink ran off to Europe,
And didn't even write;
And your husband wants to be a girl;

Be glad there's one place in the world
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
You wanna go where people know,
People are all the same;
You wanna go where everybody knows your name.

Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came...

lunes, 4 de enero de 2010

noches en Marrakech

En Casablanca hicimos una parada mínima, lo justo para ver la impresionante mezquita de Hassan II. De allí rumbo a Marrakech. Cobras, monos, comerciantes cubiertos por chilabas y calzados con babuchas, jovenzuelos ofreciendo chocolate en cada esquina, calles impregnadas de los olores de cientos de especias, y los colores de su sobrecojedora plaza Djemma El-Fná. Todo revuelto en una auténtica explosión de llamadas a los sentidos.

Tres noches pasamos allí. La última en el aeropuerto. O mejor dicho, entre el aeropuerto y la calle, porque nos tiraron de él durante unas horas para que pasáramos frío a la intemperie. Ya es costumbre en mis viajes. Antes de coger el vuelo rumbo a España, otra de esas ya míticas discusiones político-sociales que amenizan la espera y hacen que todo hijo de vecino se quede mirando. Los que conocéis a Sayoa y a Menchaca sabéis muy bien que no es nada difícil discutir con ellos. Y como además no son cabezotas ni nada... menudo par.

La penúltima noche fue rara. Nos dirigimos los tres a cenar a un restaurante africano que nos habían recomendado. Entramos en un garito, pensando que era el que nos habían indicado. Como aún era pronto y ponían al Madrid por la televisión, nos pedimos unas cervezas. Más tarde otras. Y otras -hasta que concluyó la happy hour-. Acabó el futbol, miramos a nuestro alrededor y ni Alá estaba cenando allá. Así que salimos del bar con rumbo incierto. Nos montamos en calesa para no cansarnos y, en vez de buscar un lugar para cenar, tomamos la pronta decisión de seguir echando unas cervezas. Se aventuraba algo así desde que pedimos la primera... No os podéis ni imaginar lo difícil que es encontrar un sitio donde te sirvan cerveza en Marrakech. Preguntamos a un morete, luego a otro y a otro. Fuimos de aquí para allá, de un sitio a otro. Hasta que al final topamos con el bar de un hotel -amotinado de grupetes de españoles como nosotros- en donde pudimos saciar nuestra apremiante sed. Unas cuantas cervezas más, otras tantas para nuestro hostal, y cieguillos a la cama, que al día siguiente madrugábamos para ir al desierto.

Antepenúltima noche. Botellón en el hostal con un grupo de amigos que nos acompañó toda esa jornada. Unas risas, jiji, jaja y de fiesta. Sin mucho exagerar, voy a terminar diciendo que nos fuimos de putas con Sayoa...

El resto de detalles o aclaraciones me los preguntáis tomando una cerveza cualquier día de estos. Por mi parte, esto es todo. Sólo me queda decir que lo mejor del viaje fue la compañía. Hasta la próxima. Inshalá.