miércoles, 31 de diciembre de 2008

ojos que no quieren ven


Son estremecedoras las imágenes que nos llegan estos últimos días desde Oriente Próximo: niños palestinos muertos por ataques israelíes, hogares de numerosas familias palestinas arrasados por los bombardeos, ríos de gente clamando justicia y venganza ante esta masacre por las calles de Gaza. Fotografías que en cualquier sociedad civilizada y con un mínimo de estómago estaría prohibido emitirlas a la hora de comer para que no se nos atragantase la comida. Sin embargo, en este occidente democratizado y anestesiado por el corte inglés y el fútbol, la gente es capaz de ver todas esas imágenes comiéndose su buen bistec de ternera, ver después las noticias deportivas -éstas que no falten- y echarse la siesta como si nada hubiera pasado. Todos estos atentados caerán en el olvido a los pocos días de que nos digan que han concluido. El vulgo tomará por bueno el futuro alto el fuego, se olvidará de dónde está la franja de Gaza -si es que alguna vez lo llegó a saber- y evitará pedir responsabilidades a cualquier tipo de dirigente, ya sea propio o ajeno, que no haya hecho ni siquiera el más mínimo comentario de condena ante los ataques israelíes.


Décadas de una total impunidad del estado israelí ante los organismos internacionales no deben de impedirnos ver más allá de nuestros televisores. El apoyo durante años de las potencias y organismos occidentales -USA, Unión Europea, ONU- a Israel no debe hacernos creer que le ampara a éste la fuerza de la razón ni los argumentos para ejecutar los actuales ataques. Ese apoyo, unas veces más explícito que otras, no es más que otra muestra del terrorismo de estado en el que militan nuestros gobiernos. Crear ex novo un país a costa de que sus antiguos habitantes tengan que abandonar sus tierras no resulta, cuando menos, conciliador. Amparar, sustentar y no condenar diversos enfrentamientos expansionistas de Israel con los estados colindantes no parece muy pacificador. Intentar justificar repetidamente los ataques de Israel sobre el pueblo palestino recurriendo a la coletilla de que "éste sólo actúa en defensa propia", de que "lucha contra el grupo terrorista de Hamas" o de que "es el único país democrático de la zona" no es en absoluto esperanzador para un pueblo ninguneado, atormentado y masacrado diariamente.


Aquí nos echen carros y carretas que aguantaremos lo que sea, no nos inmutaremos por nada y ningún gobierno que nos represente caerá por mutismo ante la barbarie.


Free Palestine

miércoles, 24 de diciembre de 2008

navidad

Como bien dice Geoffrey Chaucer en su inmortal obra The Canterbury Tales: la Navidad no es más que un pretexto para que los ricos puedan bailar.
Bailen pues los adinerados.
Feliz Navidad

martes, 23 de diciembre de 2008

manos al aparato

Mi enésimo intento de aprender a tocar la guitarra. Se acabaron las chichas flojas, los cuatro ruidos, el sobeteo de la guitarra y el no saber dar ni un acorde. Amigos, familia y demás gentuza que me acompaña en los días de vino y rosas, la próxima vez que coincidamos junto a una guitarra ya podréis ataros las alforjas, entonar vuestras melodiosas voces y acompañarme mientras hago sonar el instrumento.

No se asuste el personal, que si finalmente no llego a dar un do con un re siempre nos quedará el punk, que éste sí me comprende.

Song to learn

jueves, 18 de diciembre de 2008

Auf Wiedersehen Berlin


El voleibol sigue marcando la agenda deportiva en la ciudad de los amantes. Otro partido emocionante, con un lleno absoluto y un ambiente envidiable. Esto no se ve en ningún otro campo de Europa -y no exagero-. Ni fútbol de los cojones, ni baloncesto, ni tenis, ni ciclismo o fórmula uno. El voleibol y a callar. Por si aún queda algún marsupial hincha del madrid o del barça.
Han caído los berlineses, ahora tocan los turcos.

sábado, 13 de diciembre de 2008

gaudeamus igitur

No hay duda alguna, en este planeta los trabajadores se dividen en: puteaos, currantes, funcionarios y personal de las secretarías de las facultades. Y manda huevos que a éstos últimos les catalogue como trabajadores. Penúltima visitilla a la secretaría de la facultad y, como no podía ser de otra forma, ni tienen el certificado que me tenían que dar ni tampoco tienen ganas de trabajar. Un aplauso por su encomiable labor a la humanidad.
Siempre me pasa la misma historia: llamo por teléfono para que me resuelvan una insignificante duda del papeleo de turno y me hagan un certificado; me atiende una señorita que amablemente me dice que espere un momento que lo tiene que consultar -da igual lo que le haya preguntado, siempre lo tiene que consultar-; y tras unos minutos de espera me responde que no puede ayudarme en esos momentos, que tengo que ir en persona para que me pueda ayudar. Así que la llamada por teléfono me ha llevado sus cinco minutos y no he obtenido la solución a mi problema. Siguiente paso: acudir en persona. Madrugo para pillar el bus y acudir a primera hora para evitar posibles colas. Una vez en la universidad, entro a la secretaría y le explico al primer homo neandertal que me espera al otro lado del mostrador el motivo de mi presencia allí y qué es lo que necesito. Saca un papel, apunta mi nombre y se dirige en busca de la jefa de turno, una mujer tapón que parece mucho mayor de lo que en realidad debe de ser -aparenta ser octogenaria-, tipo señorita Rotenmeyer, con gafas y aires de marisavidilla; tras unos breves segundos dialogando con la jefa del clan, vuelve y me comenta que no me pueden dar la hoja que necesito porque la responsable de hacer ese papel está de vacaciones, que me pase la próxima semana. Insisto durante unos minutos para que hagan un esfuerzo por hacerme el papelito ellos mismo, pero nada, están "muy ocupados". Ésta vez, antes de perder los nervios e ir en busca del vicedecano de turno -no sería la primera vez que me recorro toda la Universidad para protestar- decido salir de allí, coger el periódico gratuito que me dan a la salida e irme tan tranquilo a casa. No tenía yo ganas de jarana. Cervecica, olivas y a esperar a la próxima.
Coda: en otros países hacen masacres en la universidad por menos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

countdown


Sólo quedan dos meses y dos días. Ya tengo el billete y ya me he vacunado contra la fiebre amarilla y demás enfermedades de esas latitudes. Sólo me faltan los papeles del visado. El tiempo vuela. Como buen funcionario me cojo lo que me queda de semana de moscosos (no hay que dejar pasar los pequeños placeres que me brinda la administración).
Adiós medievales.

sábado, 6 de diciembre de 2008

capítulo cero

Amigos y enemigos, antiguos conocidos y nuevos desconocidos, malandrines todos:
Espero que desde este pequeño espacio del cibermundo os pueda tener al día de mis peripecias, pensando especialmente en mi próximo viaje por tierras americanas. También iré colgando textos, poemas, canciones, fotos y demás locuras subversivas que se me ocurran.
Un abrazo a todos, que os quiero y no os olvido.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Prólogo

Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite; y a este propósito dice Plinio que no hay libro (blog), por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello. Y así vemos cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto, para ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar della algún fruto.

Porque si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras, y si hay de que, se las alaben; y a este proposito dice Tulio: "La honra cría las artes."

Y todo va desta manera: que confesando yo no ser mas santo que mis vecinos, desta nonada, que en este grosero estilo escribo, no me pesara que hayan parte y se huelguen con ello todos los que en ella algún gusto hallaren, y vean que vive un hombre con tantas fortunas, peligros y adversidades.