martes, 19 de enero de 2010

¡Ay - ti!

Aquí tenéis el enlace del blog de Andrés, un chico que sin más compañía que su cámara de fotos se enrola allá donde esté la noticia.

martes, 5 de enero de 2010

take a break from all your worries

Por si Sus Majestades no os traen lo esperado o por si no se cumplen vuestros propósitos este año, aquí os dejo la mítica canción de la serie Cheers, para que leáis la letra y os animéis un poco. Pasadlo muy bien esta noche.



Making your way in the world today
Takes everything you've got;

Taking a break from all your worries
Sure would help a lot
Wouldn't you like to get away?

All those night when you've got no lights,
The check is in the mail;
And your little angel
Hung the cat up by it's tail;
And your third fiance didn't show;

Sometimes you want to go
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
You wanna be where you can see,
Our troubles are all the same;
You wanna be where everybody knows your name.

Roll out of bed, Mr. Coffee's dead;
The morning's looking bright;
And your shrink ran off to Europe,
And didn't even write;
And your husband wants to be a girl;

Be glad there's one place in the world
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
You wanna go where people know,
People are all the same;
You wanna go where everybody knows your name.

Where everybody knows your name,
And they're always glad you came;
Where everybody knows your name,
And they're always glad you came...

lunes, 4 de enero de 2010

noches en Marrakech

En Casablanca hicimos una parada mínima, lo justo para ver la impresionante mezquita de Hassan II. De allí rumbo a Marrakech. Cobras, monos, comerciantes cubiertos por chilabas y calzados con babuchas, jovenzuelos ofreciendo chocolate en cada esquina, calles impregnadas de los olores de cientos de especias, y los colores de su sobrecojedora plaza Djemma El-Fná. Todo revuelto en una auténtica explosión de llamadas a los sentidos.

Tres noches pasamos allí. La última en el aeropuerto. O mejor dicho, entre el aeropuerto y la calle, porque nos tiraron de él durante unas horas para que pasáramos frío a la intemperie. Ya es costumbre en mis viajes. Antes de coger el vuelo rumbo a España, otra de esas ya míticas discusiones político-sociales que amenizan la espera y hacen que todo hijo de vecino se quede mirando. Los que conocéis a Sayoa y a Menchaca sabéis muy bien que no es nada difícil discutir con ellos. Y como además no son cabezotas ni nada... menudo par.

La penúltima noche fue rara. Nos dirigimos los tres a cenar a un restaurante africano que nos habían recomendado. Entramos en un garito, pensando que era el que nos habían indicado. Como aún era pronto y ponían al Madrid por la televisión, nos pedimos unas cervezas. Más tarde otras. Y otras -hasta que concluyó la happy hour-. Acabó el futbol, miramos a nuestro alrededor y ni Alá estaba cenando allá. Así que salimos del bar con rumbo incierto. Nos montamos en calesa para no cansarnos y, en vez de buscar un lugar para cenar, tomamos la pronta decisión de seguir echando unas cervezas. Se aventuraba algo así desde que pedimos la primera... No os podéis ni imaginar lo difícil que es encontrar un sitio donde te sirvan cerveza en Marrakech. Preguntamos a un morete, luego a otro y a otro. Fuimos de aquí para allá, de un sitio a otro. Hasta que al final topamos con el bar de un hotel -amotinado de grupetes de españoles como nosotros- en donde pudimos saciar nuestra apremiante sed. Unas cuantas cervezas más, otras tantas para nuestro hostal, y cieguillos a la cama, que al día siguiente madrugábamos para ir al desierto.

Antepenúltima noche. Botellón en el hostal con un grupo de amigos que nos acompañó toda esa jornada. Unas risas, jiji, jaja y de fiesta. Sin mucho exagerar, voy a terminar diciendo que nos fuimos de putas con Sayoa...

El resto de detalles o aclaraciones me los preguntáis tomando una cerveza cualquier día de estos. Por mi parte, esto es todo. Sólo me queda decir que lo mejor del viaje fue la compañía. Hasta la próxima. Inshalá.