jueves, 14 de mayo de 2009

dale Lobo

Llegaron los fríos a La Plata. Hace diez días aún estaba de manga corta tumbado en los parques de esta ciudad -qué maravilla de zonas verdes- y de la noche a la mañana las temperaturas han caído diez grados, así, sin avisar. Con este brusco cambio pasé cuatro días resfriado. Sopas y drogas a mansalva, sin mesura. Ahora ya estoy fuertote y listo para dar guerra.

De entrada, el sábado iré a la cancha. Juega mi equipo, el Gimnasia, contra el puntero, Vélez. La derrota está pregonada a lo ancho y largo de la nación, pero espero que llegue la sorpresa. El Gimnasia está a puntito de descender -necesita un milagro para evitar lo inevitable-, pero pese a ello lo he convertido en mi equipo, postergando al Estudiantes -el otro equipo platense que juega en primera- al rincón de la rivalidad. Me esperan noventa minutos sin sentarme, rodeado de triperos animando al lobo.

Ni Boca, ni River, ni Estudiantes... dale Lobo!!

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