jueves, 8 de abril de 2010

será la primavera

Al llegar la primavera mi estado de ánimo suele variar sin parámetro fijo y sin rumbo definido. Este año lo estoy notando más que otros. Creo que se debe a que el año pasado no pasé por este "trance", ya que no tuve primavera. Puede que se deba a que hacía muchísimo tiempo que no la pasaba en Teruel. Por lo que fuere, da igual, la cosa es que mi cabeza lleva derroteros que mi cuerpo no puede seguir.

Tal vez mi sitio no esté aquí y debería hacerme hueco en la Villa y Corte. Maleta al hombro y a buscar curro por allá. No es idea descabellada, aunque sí algo temeraria, sobre todo después de automentalizarme de que en Teruel se encuentra mi futuro.

También se me ha pasado por la cabeza realizar una buena escapada, algo que sirva para saciar mis ansias de aventura. Malasia, Indonesia o Camboya. Pillar un vuelo, dos ropas en el macuto y a deambular por aquellos parajes. A saber lo que me puedo encontrar por Phnom Penh, Yakarta o Kuala Lumpur. Sueños caros.

Lo más fácilmente realizable es que desaparezca veinte días de este país. Una furgonetilla, un par de compañeros con poco que hacer y mucho que disfrutar, dinero para gasofa, bolas de malavares, bota de vino, trozo de tocino aviaó y ganas de perderme por Europa. A formar mi propio camino de baldosas amarillas. Todo se verá.

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