martes, 13 de abril de 2010

Argentina, desbocada

Reproduzco íntegro el artículo de Carlos Carnicero del pasado 6 de abril.

Los precios son imposibles de seguir. Mientras el gobierno de Cristina Fernández niega la inflación, los cálculos más prudentes apuntan a un treinta por ciento anual. Y es fácil de deducir ese estado de evolución de los precios porque las subidas nunca son menores de un veinte por ciento, sea para los taxis o para las tarifas de los psicoanalistas. La cesta de la compra se intenta detener con presión directa sobre los comerciantes. Argentina bate el récord de la cosecha de soja, mientras se calcula que la carne, que es la esencia de la alimentación y del culto de los argentinos, ha subido un cuarenta por ciento en los últimos meses. Los ingresos de las exportaciones permitirán sostener las subvenciones en año electoral. Ernesto Kirchner prepara su turno en la carrera de relevos patrimonial y matrimonial en la presidencia de la república. La pobreza y la marginalidad siguen anidando en las villas miseria mientras la parte de la sociedad argentina que sueña con ser europea consume, viaja y se divierte.

Los precios terminarán por promover otra crisis y el campo argentino, como explicó el domingo Soledad Gallego Díaz, siembra hasta las macetas de soja para la gran fiesta de la exportación que termina con pueblos y con formas de vida. Este país es tan grande, tan rico y con gente tan especial que resiste cualquier tropelía que le hagan sus gobernantes.

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