Septiembre llega con su: ¡Oh Dios mío!
Con ropa veraniega pa joderse de frío.
Y en once días recobro la libertad que hay más allá de los exámenes y me sumerjo en el mar de dudas que todo futuro incierto crea.
Mientras tanto un par de proyectos a corto plazo:
a) Enología. De este otoño no pasa el tan esperado curso de cata de vinos.
b) Micología. Ya toca abrir el abanico de los hongos y coger algo más allá de los riquísimos rebollones.
Y es que cantando yo me pongo bien
la vida va mucho mejor.
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